Faro de Arinaga [Gran Canaria]

Seguimos en ruta por la isla, descubriendo faros y rincones escondidos que nos regala Gran Canaria. Después de visitar el de Punta Sardina y el de Maspalomas, el Faro de Arinaga fue el tercero que encontramos en el camino. Cada uno tiene su esencia, y este en particular nos tocó por su sencillez y el entorno tan especial en el que se encuentra: aislado, ventoso y profundamente silencioso.

Aquí, el mar y las rocas negras se alían con el viento para crear una atmósfera que se siente como de otro mundo. Nada más llegar, supe que iba a querer quedarme un rato largo. Es un faro discreto, pequeño, pero con una belleza serena que te atrapa sin hacer ruido. Un lugar que invita a detenerse, a escuchar y a observar sin prisa.

Descubriendo el Faro de Arinaga

Llegar al Faro de Arinaga fue una sorpresa silenciosa. No es un faro famoso ni turístico. De hecho, está bastante apartado, en una costa solitaria, marcada por la roca volcánica y el contraste del rojo intenso del faro con el gris del cielo y el azul profundo del Atlántico. Pero es un faro especial. Pequeño, compacto, con una presencia firme y amable a la vez. No tiene pretensiones, no busca protagonismo. Está ahí, tranquilo. Y eso lo hace aún más bonito.

El viento nos acompañó durante toda la visita, con fuerza. Pero no molestaba. Era como parte del paisaje. Soplando entre las rocas, meciendo las olas y dándole vida al momento. Un sonido constante, envolvente. Y todo lo demás era silencio.

Pintando el faro en mi cuaderno de viaje

Nada más llegar supe que me iba a quedar un buen rato. Había bastante viento, pero soportable. Me senté en una roca grande, con vistas directas al faro, y saqué el cuaderno. No necesitaba más.

El lugar tenía algo. Estábamos sólos, todo era silencio salvo por el sonido del viento y el mar de fondo. Abrí la caja de acuarelas, sujeté las hojas con el clip (porque si no salían volando) y empecé a pintar sin mucha expectativa. Lo hice porque me apetecía. Porque me lo pedía el cuerpo. Me olvidé de esto de sumar un nuevo faro al cuaderno. Necesitaba esa conexión con el mar.

No era el mejor día de luz, pero aun así los colores del faro destacaban muchísimo: el rojo intenso de las franjas, el blanco algo desgastado, los toques de óxido en la estructura. Me fijé en los pequeños detalles casi sin querer: las formas, la textura, la base de piedra negra…

Estuve un buen rato ahí, sin pensar demasiado. Solo pintando. Y la verdad: fue uno de los momentos más agradables del viaje. Tranquilo, mío. Sin presión. Sin ruido.

Algunos detalles del Faro de Arinaga

Ya sabes que me gusta compartir algunos datos técnicos. Aquí van los del Faro de Arinaga:

Está en la costa este de Gran Canaria, cerca de la localidad de Arinaga, en el municipio de Agüimes. El faro original fue inaugurado en 1897, pero el que se ve hoy es una reconstrucción moderna, de 1984. Tiene unos 14 metros de altura y su luz alcanza una cota de 47 metros sobre el nivel del mar. La torre está pintada con franjas rojas y blancas muy características, y es visible desde varios puntos de la costa. No es visitable por dentro, pero el entorno compensa con creces: acantilados, mar abierto y una calma total.

• Ubicación: Costa este de Gran Canaria, en el municipio de Agüimes, cerca de la localidad de Arinaga.
• Año de construcción: El faro original fue inaugurado en 1897.
• Reconstrucción: El faro actual es una estructura moderna de 1984, que reemplazó al anterior.
• Altura de la torre: Aproximadamente 14 metros.
• Altura focal: La luz se encuentra a 47 metros sobre el nivel del mar.
• Alcance de la luz: Visible desde aproximadamente 20 millas náuticas en condiciones claras.
• Colores: Torre cilíndrica con franjas rojas y blancas bien definidas.
• Acceso interior: No se puede visitar por dentro, pero se puede rodear fácilmente a pie.
• Entorno: Rodeado de formaciones volcánicas, mar abierto y viento constante. Muy tranquilo y sin apenas visitantes.

Cómo llegar al Faro de Arinaga

Desde Las Palmas, toma la autopista GC-1 dirección sur y sal en la salida hacia Arinaga. Una vez allí, sigue las señales hacia el puerto o la zona del faro. El camino es sencillo y se puede llegar en coche hasta casi la base. Hay zonas donde dejar el coche y caminar un poco. Aunque no está muy señalizado, no tiene pérdida.

Consejos para tu visita

• Ve con tiempo: no es un lugar para ir con prisa. La luz cambia rápido y el ambiente merece ser contemplado.
• Llévate algo de abrigo: aunque haga buen tiempo, el viento en esta zona suele soplar con ganas.
• Cuaderno o cámara en mano: si te gusta dibujar o fotografiar, este faro tiene muchos ángulos bonitos.
• Respira y escucha: el silencio aquí se oye. De verdad.

Mi acuarela del Faro de Arinaga

Cada acuarela es un recuerdo, pero esta tiene algo especial. Por cómo llegamos, por cómo estaba yo ese día y por el silencio que me regaló ese rato pintando. Si te gustaría llevarte un trocito de este faro contigo, puedes encontrar la lámina en mi tienda de Vagalume Art & Travel, junto a otras piezas de esta ruta por faros canarios.

¿Has estado alguna vez en el Faro de Arinaga? ¿Tienes algún rincón así, sencillo pero inolvidable? Me encantará leerte en los comentarios.

Y si te gustan los faros tanto como a mí, no te pierdas el mapa de los faros de España que estoy recopilando, ideal para soñar nuevos viajes o planificar los próximos.

Te gustaría descubrir el resto de faros que pinté durante mi ruta por la isla? Puedes verlos todos en este recorrido completo por los faros de Gran Canaria.

Acuarelas originales y prints disponibles

Este faro forma parte de la colección “Faros de Gran Canaria”.
Puedes conseguirlo en formato acuarela original A4 o en lámina impresa tamaño A4 en mi tienda online.

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